Ciudad de México, 15 de mayo (SinEmbargo/TicBeat).- Existe una máxima popular que desaconseja totalmente consultar los síntomas que uno padece en Google. Los algoritmos y mecanismos de indexación del buscador parecen conducir a sus usuarios más aprensivos siempre al peor diagnóstico posible, por no hablar del poder terrorífico de sus imágenes.
Debido a la alta penetración de los dispositivos móviles en la población, a Google le ha salido un competidor muy potente como puerta de acceso a la red; mejor dicho, unas competidoras: las aplicaciones móviles.
Y, dentro de ellas, las centradas en la salud y el bienestar parecen gozar de especial interés; medidores de calorías, monitores del ciclo menstrual, detectores de la probabilidad de padecer una enfermedad contagiosa… ya existen decenas de miles en las app stores.
Un artículo editado recientemente en la publicación médica británica The British Medical Journal se pregunta, sin embargo, si estas aplicaciones ayudan realmente a todos sus usuarios a mejorar su calidad de vida, y más en concreto en el caso de aquellos que no presentan ninguna enfermedad crónica ni ningún problema de salud que requiera un seguimiento constante.
Los redactores del texto, del que se hace eco Bits, el blog especializado en tecnología del The New York Times, decidieron preguntar a dos médicos cuál era su opinión al respecto.
La respuesta de uno de ellos, el doctor Des Spence, que ejerce la medicina general en Glasgow, resulta llamativa y contundente: las aplicaciones de salud, afirma, pueden convertir a sus usuarios en neuróticos, y por ello deben ser vistas con cierto escepticismo.
“La realidad es que estos nuevos dispositivos y aplicaciones no han sido probados de forma científica, así que abren la puerta de la incertidumbre. No hay que caer en errores: los diagnósticos inciertos solo provocan una gran ansiedad en la gente”, escribió Spence en el BMJ, desde el que asegura que muchas de estas apps empujan a sus usuarios a medir de forma innecesaria sus rutinas y constantes vitales, convirtiéndolos en “neuróticos de su propio seguimiento”.
El artículo, por supuesto, también ofrece una visión contrapuesta y, por tanto, mucho más positiva de las aplicaciones de ehealth: la del doctor Iltifat Husain, redactor jefe de la web iMedicalApps.com, que considera que estas aplicaciones sí pueden promover una forma de vida más saludable entre sus usuarios, ayudar a reducir el riesgo de padecer determinadas enfermedades.
“Pueden ayudar a sus usuarios a establecer una correlación entre sus decisiones del día a día y su estado de salud, y pueden ayudar también a que los médicos hagan a sus pacientes más responsables de su comportamiento”, escribió el médico.
Recomendó a los doctores que se involucren más en educar al público sobre a qué detalles de salud seguirle el rastro y que aplicaciones usar para este propósito, pues si se esperan a que existan estudios científicos que comprueben que comprueben los beneficios de estas nuevos tecnologías, pueden perder el poder de influir en sus pacientes y dejar que «la industria dicte qué herramientas debe de usar la gente».
Tras algunos ejemplos de aplicaciones que prometían curar el acné o analizar lunares en busca de melanoma, Mary K. Engle, directora asociada de la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos, dijo al diario que «si una app asegura que trata, diagnostica o previene alguna enfermedad o condición de salud, necesita tener evidencia seria para respaldar tal argumento. Esperamos que los comercializadores presten atención a eso y hagan su tarea antes de entrar en el mercado», finalizó.